martes, 1 de marzo de 2011

El Iluminismo Judío Vs. El Iluminismo Griego

Como es sabido en el año 332 A.E.C., Alejandro Magno conquistó Judea (hoy Israel) y así comenzó el gobierno de los griegos allí. Otorgó a los judíos el derecho de vivir según sus costumbres y el goce de autonomía religiosa y nacional, aunque con su conquista claramente pudo apreciarse una transferencia cultural muy fuerte. La cultura griega se expresaba en la filosofía, la literatura y el arte, en el deporte y las ciencias marciales, en la construcción y el diseño. Sus áreas eran: El espíritu, el cuerpo y las cuestiones materiales. Los pueblos dominados trataban de imitar la cultura de sus mandatarios y parte de ellos se asimilaron totalmente y desaparecieron. También en Judea había quienes deseaban ser parte de la cultura griega dominante. Por ejemplo, muchos judíos no querían hacerse Brit Milá para emular a los griegos que poseían el “cuerpo perfecto”. Una vez atacado la parte del cuerpo, el helenismo caló en la mentalidad judía Ejemplo: Las Macabiadas. Había llegado el momento de atacar el pensamiento.
           
Después de la muerte de Alejandro Magno se dividió el reino entre los Ptolomeos que reinaban en Egipto y los Seléucidas que gobernaban en Siria, ambos controlaron la mayor parte del mundo antiguo hasta la época romana. Estos dos reinos lucharon entre ellos por retener el gobierno en Judea, ejercidos por los ptolomeos en primer lugar. Durante toda esa época fue respetada la autonomía judía, es decir que se les dio a los judíos la libertad de gobernarse, en lo que atañe a la vida interna del país, por sus propias leyes, y su propia religión.

Sin embargo, con el reinado de Antíoco III y la conquista seléucida de Judea, estamos ante las puertas de la era macabea y con ella ante el conflicto entre el judaísmo y helenismo. La influencia del Helenismo sobre el pensamiento judío fue muy fuerte. Los judíos helenizantes (los que apoyaban la cultura griega, hablaban griego y adoptaban las costumbres griegas), comenzaron a traducir la Biblia al griego, etc. Tomaron no sólo el idioma de los griegos, sino también los nombres personales, la moda, arquitectura, literatura, la gimnasia etc... Los helenizantes más dedicados eran los miembros de las clases altas, entre ellos los sacerdotes, los terratenientes y mercaderes prósperos.

La mayoría del pueblo permaneció fiel a la religión y a la tradición judía y no adoptó la cultura griega. Del pueblo se levantó un grupo de personas que se llamaron a si mismos: "Jasidim". Los "Jasidim" veían como la principal misión el cuidado de los valores nacionales y religiosos. Ellos se opusieron a la imposición de la cultura helenista dado que ello aniquilaba a la cultura judía. Por tanto, había en Judea dos posiciones: La de los “Helenistas” y la de los "Jasidim" y la situación de tensión era bastante aguda.

En el año 167 A.E.C. Antíoco IV Epifanes completó su "victoria" con un decreto drástico que exigía "que todos constituyeran un solo pueblo y abandonaran sus leyes particulares". Era un edicto que apuntaba exclusivamente contra los judíos, puesto que los demás no tenían ningún inconveniente en aceptar la cultura de los griegos o adorar a sus dioses.  Este edicto contenía:

  1. Prohibición de observar la religión judía en Judea y otros distritos
  2. Sentencia de muerte para todo judío que circuncidara a sus hijos
  3. Prohibición de la santificación del Shabat bajo la pena de muerte
  4. La población judía fue obligada a participar en ritos paganos
  5. La población judía fue obligada a comer carne de cerdo
  6. El Beit Hamikdash fue profanado y consagrado a sus dioses (Zeus, a quienes los romanos llamaron Júpiter).
Es decir, se pasó de la tolerancia, autonomía y el respeto total por las leyes, costumbres e instituciones judías a la intolerancia y la violación de todos los derechos. 

La larga y desesperada lucha que siguió con los Macabeos fue una de las más desiguales contiendas registradas por la historia: Fue la primera vez que un pueblo se alzaba en armas para defender su libertad religiosa. Y es que el conflicto entre Judea y Grecia (Imperio) no se basó en la lucha por el poder, pues Judea se encontraba sometida por los griegos. Más bien, fue una disputa fundamentada en la divergencia de su concepción en cuanto a valores espirituales.

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